Se conoce como asistente de aparcamiento o estacionamiento a los sistemas que
facilitan el aparcamiento de un vehículo, especialmente en espacios reducidos. Además de los sistemas que controlan la distancia del vehículo a los objetos
cercanos, también hay asistentes de aparcamiento que se encargan de realizar la
maniobra completa por sí solos, girando el volante y desplazando el vehículo de
forma automática.
La base es un sistema de aparcamiento activo tal y como los
descritos previamente junto con un servo electromecánico, propulsada por un
electromotor, así como sensores de medición en dirección transversal a la
dirección de movimiento del vehículo. Después de que la maniobra se inicie al
presionar el botón, los sensores miden en dirección transversal el hueco libre.
Si el tamaño de la plaza de aparcamiento es el suficiente, el conductor
recibirá una notificación. El conductor no tiene más que parar el vehículo a
una cierta distancia de la plaza de aparcamiento, poner la marcha de atrás y
pisar el pedal del acelerador con cuidado si la situación del tráfico lo
permite.
El asistente de giro se encarga de girar el volante en ambas
direcciones. En el momento en que el vehículo alcanza la distancia mínima hacia
atrás, el conductor debe frenar, poner la marcha hacia delante y entonces él
mismo ha de conducir hacia delante. Las maniobras necesarias se llevan a cabo
con la ayuda de guías de clotoide con un cálculo constante de recorrido del
ángulo. Debido a que el conductor es quien pisa el freno y el acelerador, es él
el responsable del aparcamiento.
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